miércoles, 29 de junio de 2011

Leyes para la Igualdad de Derechos. ¿Por qué no aceptar el matrimonio entre personas de un mismo sexo?

Parece totalmente anecdótico que en él Artículo 1 del Capítulo I de nuestra actual Constitución Política de la República de Chile, señale que “las personas nacen libres e iguales en dignidad de derechos”. El cual es Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución Establece. Entonces, ¿por qué no aceptar el matrimonio entre personas de un mismo sexo?.

En Febrero de este año los resultados de la encuesta Criteria Research, señalaba que el 41% de los santiaguinos (as) acepta el matrimonio entre las personas del mismo sexo y el 69% estima que la “iglesia católica” no tiene moral para criticar este tipo de vínculos. Se agrega además, que en un artículo reciente “Diputados & Ciudadanos Frente a Frente, hecho por el Instituto de Ciencias Sociales - ICSO, publicado en la revista “Que Pasa”, indican que en temas valóricos, los clivajes históricos construidos en gran parte en torno a los ejes catolicismo-laicismo o modernidad-tradición, continúan vigentes.

A pesar que el Estado se separa de la Iglesia a través de las leyes laicas en 1880, la existencia del paradigma “hombre – mujer” como pareja y familia para una construcción social, sigue vigente e impuesto en nuestra sociedad; la necesidad de tener una dueña de casa quien cuide a sus hijos y mantenga el hogar es la imagen ideal de la “familia”. Mientras el hombre, es el jefe de hogar, quien es el que lleva el sustento económico, la mujer es la que realiza un “trabajo doméstico” impagable monetariamente. Ese ideal de “familia chilena” aún sigue latente por un sector no menor de chilenos y chilenas, que creen en un chile con una familia con Padre y Madre presentes. Sin mirar la existencia de 136.971 divorcios inscritos entre el 2005 y 2011 en el registro civil.

Para entrar en el tema.

Quisiera recordar, que el primer país en el mundo en legislar sobre el matrimonio homosexual (que no es lo mismo que Unión Civil) fue Holanda (2001), lo siguió Bélgica (2003), España (2005), Canadá (2005), Sudáfrica (2006), Noruega (2009), Suecia (2009), Portugal (2010), Islandia (2010) y Argentina (2010). Donde en la Ciudad de México es el único otro lugar en América Latina donde los homosexuales tienen los mismos derechos que las parejas heterosexuales para casarse y adoptar hijos.

El país trasandino, único país de América del Sur que ha legislado sobre el tema, establece en la Ley de Matrimonio Homosexual la modificación del Código Civil, donde constituye que el casamiento debe concretarse entre distinto género (reemplaza en todos lo artículos de la ley de matrimonio la expresión de “hombre y mujer” por “de contrayentes”). Esto significa la “equiparación de derechos de todas las personas independiente de su orientación sexual”, la posibilidad de adopción, herencia y derechos sucesorios, cobro de pensiones por fallecimiento y otras relativas a la seguridad social.

Por consiguiente, el estar a favor del matrimonio homosexual, es legitimar, la igualdad de derechos de todas las personas independiente su orientación sexual, resultando necesario otorgar igualdad” bajo una misma figura legal.

Estamos en un Chile, donde además de ser un país desigual económicamente, lo somos urbanísticamente, educacionalmente y sobre todo socialmente. Donde prevalece la ley del más “Rico” para vivir bien.

Por lo mismo, el papel de nuestro Congresistas es más que fundamental para validar esta propuesta. Esto se debe a que nuestros Legisladores tienen el rol de representar las necesidades y problemáticas de la ciudadanía, fiscalizar y legislar en relación al bien común de una sociedad o grupo específico. Entre ellas las minorías homosexuales, que tienen una deuda pendiente con los legisladores y el actual Presidente de la República.

Mirar hacia el Chile 2020 o 2030, significa observar cómo cambia la sociedad chilena, sus gustos, opciones sexuales, su visión sobre la educación, familia, medio ambiente; que es lo que necesitan, que los aquejan y sobre aquello, fijar políticas públicas focalizadas hacia una sociedad que quiere cambios reales y no pastillas para dormir. Es por ello, que resulta relevante el Matrimonio Homosexual, respetar y validar constitucionalmente una realidad existente, el cual, dos hombres o dos mujeres, puedan ser legitimadas para llevar una vida en común y construir una familia.

Hay que jugársela por un modelo más inclusivo, para saldar una de las varias deudas de la desigualdades sociales, el matrimonio homosexual, ¿Por qué no hacerlo?.

lunes, 21 de junio de 2010

"Juventud del bicentenario y solidaridad. Acciones frente a la catástrofe”

La relevancia de la participación juvenil como motor de cambio en la sociedad es un aspecto que tiene que tomar importancia en el país. Ya que, a pesar de que no hay una gran presencia juvenil partidaria, tomando en cuenta que solo él 18,47% del patrón electoral son jóvenes1, por lo que, militantes juveniles debe estar algo inferior o un porcentaje similar. Por el contrario, si hay una presencia juvenil en movimientos sociales, organizaciones o grupos juveniles con carácter social, estos son federaciones de estudiantes, centro de alumnos, participación voluntaria en movimientos verdes, deportivos y sobre todo culturales. Esta acción colectiva ha ido en aumento, sobre todo por el uso de medios de comunicación, tales como, Facebook, Twitter, YouTube, Blogger y otras páginas, el cual, son usuarios o ciberactivistas, donde pueden sociabilizar con temas de contingencia.

En la última encuesta hecha por CEP-CHILE2, solo el 8,5% de los jóvenes entre 18 y 24 años, pertenecen a una asociación voluntaria; un 11,2% pertenece a alguna agrupación cultural y solo un 6,4% pertenece alguna fundación o un grupo de beneficencia. Esto recalca aún más que la participación juvenil en instituciones formales son bajas. Esto provoca un cuestionamiento, sobre las estrategias de participación juvenil y como pueden extenderse en el territorio, como también es relevante tomar en cuenta, una nueva forma de acción colectiva que es a través del uso del Internet como medio de comunicación y movilización social.

Lo ocurrido el pasado 27 de Febrero del 2010, marca un hito nacional, para toda la población chilena, por un lado, una catástrofe nacional que afectaba a lo largo del país, donde no había cobertura nacional, problemas comunicacionales, derrumbes de casas, caminos, colegios, poblaciones, pueblos entre otros. Provoco la salida de los hogares de una gran masa juvenil, que salió ayudar a los compatriotas. Chile ayuda a Chile, no era más que los jóvenes ayudan a chile. Federaciones de estudiantes, centro de alumnos, grupos juveniles religiosos, grupos de amigos, asociaciones deportivas, fueron participe en esta ayuda nacional, el cual, a través de un techo para chile, INJUV, cruz roja chilena, entre otros, participasen de voluntarios recaudando alimentos, sacando escombros o armando casas. Una nueva forma de participación a través de la solidaridad, provoco el movimiento de la masa juvenil. Como establece Alain Touraine3, el cual, explica que la acción colectiva solo es posible a través de la identificación, pero sobre todo en nuevos referentes sociales. Es en este caso particular, que la catástrofe ocurrido el 27 de febrero del 2010, fue un motor identificador para que el sector juvenil se movilizara.

Es por ello, que resulta importante analizar y reflexionar sobre las nuevas estrategias de movilización juvenil para este Bicentenario, tomando relevancia en temas identificadores para este grupo etareo. Por lo que, la solidaridad es una variable importante en este sector, ya que, el sentido de pertenencia, como también, el sentirse parte de una ayuda social, provoca en los grupos juveniles un mayor incentivo para participar, ya que, se sienten parte de la sociedad. Es bajo esta perspectiva, la importancia de promover, mantener y aumentar este tipo de participación solidaria en los jóvenes, ya que, es una acción colectiva que permite la ampliación de redes sociales entre jóvenes, permite la cercanía con la realidad social y sobre todo es una acción para el bien común de la sociedad.

Los jóvenes hoy en día, quieren ser parte de la construcción social del país, pero ya no con las viejas estructuras institucionales, sino más bien, a través de nuevas formas de acción. Mientras más innovador sea la propuesta más adherente recauda, mientras más contingente y cercano, más movilizador resulta, mientras más rupturista más gente atrae. La juventud del hoy, la que vive el bicentenario, hoy más que nunca quiere ser parte de la acción, tener una historia que contar, que fue parte de una construcción nacional y sobre todo que somos capaces de transformar el mundo social, no por un interés político, económico sino más bien, por solidaridad.

lunes, 19 de abril de 2010

Gente más consumista: Desde una sociedad de consumo a ciudadanía de consumo



El siguiente trabajo trata sobre el significado de la cultura de consumo y consumismo. El cual, a través de la globalización se ha ido expandiendo hacia una sociedad de consumo. El consumismo, ha penetrado a la sociedad de tal manera, que esta, satisface todas sus necesidades en la “compra” de productos. Viéndonos dentro de una cultura de masas, que está a la orden de la “moda” y la pérdida de un sentido común más profundo del individuo. Hoy en día, ha penetrado de tal forma que nos podemos considerar como ciudadanos consumistas, donde el vendedor nos trata como un igual si tenemos dinero para consumir.



Introducción

Vivimos en una epoca donde la sociedad se define donde compra, que compra y que usa, el cual, la marca le da el status al individuo, dejando de lado la condición social, económica y política. Se unen las tribus urbanas por igual, sin ninguna condición solo el ser de esa tribu; las parejas, las familias, los amigos se juntan a comer (consumir) a los malls, que en nuestra ciudad o largo y ancho del país se han ido expandiendo. La sociedad de consumo crece, en la medida que crea la necesidad de consumir, el consumir se ha masificado gracias a la globalización y a la epoca post-moderna, el cual, estamos insertos.
En la actualidad la sociedad, consume para olvidar sus penas individuales, para dejar de lado hechos conflictivos, para satisfacer sus ansiedades, para demostrar un gesto de cariño, en fin: “consumimos para consumir”. La inexistencia de un parámetro, ha puesto en cuestionamiento a académicos sobre “el fin en sí mismo” del consumo, que hoy en día, en la sociedad post-moderna, nos hace en una condición igualitaria, donde somos todos iguales en la medida que tengamos el dinero para consumir, las tarjetas para endeudarnos y el trabajo para abarcar las deudas. Ya no solo, somos iguales a la hora de votar y ante los derechos, sino más bien, la globalización ha provocado que a través del consumismo, el individuo sea igual que el más rico ante el más pobre, o el más pobre ante el más rico en el momento comprar un producto.
En este articulo, se intentara de dar una reflexión frente a la disyuntiva de la sociedad de consumo, conjuntamente a la sociedad ciudadana, el cual, comparten un concepto en común, la visión de un individuo igual a la hora de consumir/votar, como se ha dado esta relación en la sociedad chilena y como la sociedad de masas ha ido masificándose gracias a los procesos globalizadores de la epoca post-moderna.



Consumo

El individuo es un consumista por naturaleza, ya que, en primera instancia consume para satisfacer sus necesidades humanas, como también para satisfacer otras necesidades. El individuo consume sin pensarlo, como si fuera una forma rutinaria. Como lo establece el sociólogo Zygmunt Bauman, en su libro “vida de consumo”, indica que no hay dudas de que, consumir es una parte integral y permanente de todas las formas de vida que conocemos, ya sea, por los relatos históricos o por los informes etnográficos (Bauman 2007: 43), por otro lado Colin Campbell establece que, el que consume se torna particularmente importante, en la vida de la mayoría de las personas, el propósito mismo de su existencia, un momento en que nuestra capacidad de querer, de desear y de anhelar y en especial nuestra capacidad de experimentar emociones repetidamente, es el fundamento de toda la económica, de las relaciones humanas” (Campbell 2004:27).
Parece relevante, cuestionarse el papel del consumo en la sociedad actual, ya que, se ha vuelto una práctica tan habitual, el cual, ha pasado ser parte del quehacer normal del individuo, donde torna a experimentar sensaciones y emociones frente al consumo. Hemos sido llevados a través de la globalización, hacia una conducta de consumo, donde la satisfacción humana se relaciona con lo que compramos, el materialismo se ve reflejado en mientras más compran, mientras más regala un padre a su hijos cosas, la expresión de cariño a través de un gesto fue cambiada por un objeto que la misma globalización otorga.


Consumismo

El sociólogo Zygmunt Bauman, explica que el consumismo es un tipo de acuerdo social que resulta de la reconversión de los deseo, ganas o anhelos humanos, en la principal fuerza del impulse y de operaciones de la sociedad, una fuerza que coordina la reproducción sistémica, la integración social y la formación del individuo humano, como también desempeña un papel en los procesos individual y grupales de auto identificación (Bauman 2007: 47), el consumismo pasa a ser un atributo de la sociedad existente, mientras que el consumo es un rasgo del individuo humano. El consumismo pasa ser un adjetivo, el cual, el sujeto es la sociedad, donde contiene variados complementos directos e indirectos que completan a una sociedad más sofisticada a través del tiempo.
En la actualidad, nos encontramos con que el individuo es consumista, donde Juan Pérez, aparte de ser padre, trabajador, hijo, esposo, es un consumista para la globalización, para las empresas y el mundo. Todo individuo es un consumista y en la medida que la globalización va avanzando en su desarrollo tecnológico, aumenta el consumo. La globalización a provocado que el consumo llegue a toda la sociedad, hasta el más pobre, pero también exige a la misma el consumo, el cual, es un esclavo. En otros términos, somos dominados por la globalización, que ha provocado, una cultura de masas, el cual, la característica principal de esta sociedad es la del consumo, somos dominados por las tendencias de otras culturas, dominados por la elección de otras modas y productos; no, se nos preguntan que consumir, sino mas bien, nos imponen en un stand, donde lo que se encuentra ahí es lo única opción de consumir. El Mercado establece, que hay una variedad de gamas de productos, pero también esta misma no deja la participación de las excepciones, que quieren seguir lo impuesto por el Mercado. El cual, la única manera de seguir manteniéndolos en la dominación del consumo, es aumentar su capacidad de consumir, el cual, se les expone a nuevas tentaciones, manteniéndolos en un estado de ebullición continua, de permanente excitación (Bauman 2000: 47)



Somos una sociedad de consumo

La sociedad de consumo tiende a satisfacer los deseos humanos en un grado que ninguna otra sociedad del pasado, pudo o soñó hacerlo (Bauman 2007: 71), el cual, a través de una denigración y devaluación de los artículos de consume se va manteniendo o perpetuando el consume en sí mismo.
La sociedad de consumidores se refiere a un conjunto especifico de condiciones de existencia bajo las cuales son muy altas las probabilidades de que la mayoría de los hombres y mujeres adopten el consumismo antes que cualquier otra cultura, donde esta sociedad, interpela a sus miembros, fundamentalmente en cuanto a su capacidad como consumidores, en otras palabras, la sociedad de consumidores implica un tipo de sociedad que promueve , aliena o refuerza la elección de un estilo y una estrategia de vida consumista y que desaprueba toda opción cultural alternativa (Bauman 2007: 77-78).
La sociedad de consumo, es el resultado de la globalización, el consumismo y el consumo. Donde el individuo, no se diferencia, no hay un reconocimiento de edad o genero, como también desconoce las distinciones de clases. Es una sociedad igualizada frente a un consumo de productos e ahí la semejanza del ciudadano. La sociedad de consumo, no distingue entre pobre o rico, entre clase baja o clase alta, entre mujer, hombre, homosexual, travesti, sino más bien, ha hecho un mundo identificable y necesario para sentirse satisfecho. Hoy en día, vemos que los malls son el lugar donde no hay una distinción de clase, genero o edad, sino mas bien el individuo ahí se ve igual como tal, ya que posee el dinero para poder consumir. Nos igualizamos frente a lo que tenemos en el bolsillo para consumir, es por ello que se existe el ciudadano consumidor.


De una sociedad de consumo a ciudadanía de consumo

La sociedad de consumo ha provocado que el ciudadano chileno, visite constantemente a los negocios, a los malls, a tiendas comerciales, para poder satisfacer sus necesidades más precarias como puede ser la soledad, la pena, la distracción, pero también, esta sociedad de consumo trata por igual a todo individuo.
No hay una distinción, por ser de clase ABC1 o clase B, de vivir en la Dehesa o vivir en la Pincoya, para las tiendas comerciales, mientras tengamos el dinero para poder consumir, somos un igual, “mientras más apostamos, más atrayente somos para el consumismo”, consumimos más en la medida que vamos sintiendo satisfacción y es la sociedad de consumo, la que le ha dado el sentido a esta característica de la globalización. Mientras los centros comerciales están construidos de manera tal que mantengan a la gente en movimiento, pero no por mucho tiempo, lo que imposibilita a detenerse para platicar, intercambiar opiniones, conversar y pensar sobre cosas que carezcan de valor comercial (Bauman 2002).
El ciudadano consumista es un individuo que se ha homogeneizado a través de la transacción del dinero por producto y que a la vez ha obtenido una satisfacción de la transacción. La sociedad de consumo ha ideado un plano de homogenealizacion del individuo, de forma tal, que ya no es la única forma donde este se sienta igual que otro. Sabemos que una de máximas igualitarias que el ser humano práctica, es el derecho a sufragio y la obtención de sus derechos, el cual, constitucionalmente el hombre es igual frente a cualquier causa, somos iguales a la hora de votar y es en esa instancia donde cada voto pesa lo mismo – el voto del gran empresario, hasta la del señor que vende sopaipillas en la calle -. La sociedad de consumo, ha llegado esa igualdad de condiciones a una práctica generalizada y recurrida normalmente por el individuo, el consumo. El hecho de poseer la misma moneda o dinero, donde los precios son fijos, podemos sentirnos iguales, frente a la hora de consumir un producto, donde es posible encontrarse en un teatro el mismo gran señor empresario, al lado, de la señora que es vendedora de una tienda. El consumismo en la práctica, nos hace iguales a la hora de comprar, pero dominados a la hora de decidir, ya que, el individuo decide dentro de un marco que el propio mercado determina – aludiendo a la cantidad de productos que podría estar en una tienda, donde hay de una marca y no otra - .
Es por ello, que se puede definir como ciudadanos consumidores, ya que, es el mismo ciudadano que se ve inmerso dentro de esta situación, que el propio mercado consumista nos lleva a consumir.



Conclusión

Con la llegada de la globalización, el individuo se vio dentro de una lógica globalizante, donde los productos se vendían a bajo costo, como también se producían de forma más rápida. Con esto, también se trajo consigo, que la propia sociedad se fuera adaptando a estas circunstancias, de un hombre que vivía para vivir, ahora vive para consumir y trabaja para pagar lo consumido. El propio mercado, conjunto a la globalización a provocado que la sociedad se comporte como una sociedad consumista, el cual, basa su vida en ella y expresa a través del consumo.
La sociedad de consumo llevo a al ciudadano al comportamiento de un consumista, donde, el quehacer diario sea dentro de estos parámetros del consumo. Ya no somos solo ciudadanos, con voz y voto, con opinión y juicio, sino más bien, somos ciudadanos que compramos y consumimos, que vivimos para consumir porque la vida se ha envuelto en mismo consumo. Donde todo es a través de la lógica del consumo, mientras más nos ofrecen, mas nos gusta, mientras menos no aceptamos. El ciudadano, ya no se comporta a través del moralista de Kant o la visión de Aristóteles, sino mas bien, el ciudadanos se ve envuelto en la lógica del consumo, en la oferta y demanda, en lo que le ofrecen y no. Somos ciudadanos consumistas y el consumo nos consumirá lo ciudadano.


Bibliografía

Bauman, Zygmunt. (1999) La globalización. Consecuencias humanas. México, DF.

Fondo de Cultura Económica.

(2000) Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona. Gedisa.

(2007) Vida de consumo, Fondo de cultura económica.

Ulrich Beck. ¿Qué es globalización? Paidós, B. Aires. 1998.


martes, 3 de noviembre de 2009

Delincuencia, criminalidad y violencia: Estudio del Fenómeno social


Introducción

El siguiente trabajo trata sobre algunas de las causas que provocan los fenómenos de miedo, inseguridad y victimización dentro de una sociedad. El análisis está enfocado en las principales causas que conlleva éste tipo de fenómenos en la sociedad civil, tales como la delincuencia, el crimen y la violencia.

Revisando el origen del fenómeno desde una perspectiva un tanto histórica y sociológica, se intentará responder a la pregunta de por qué las personas viven con estas percepciones en las sociedades democráticas contemporáneas, en un mundo occidental donde los derechos humanos y el individuo están tan valorados y protegidos por el sistema democrático.

Se considerarán también las medidas de seguridad pública implementadas por algunos Estados para disminuir esta percepción.

A partir de ciertos textos y encuestas enfocadas principalmente en la región Americana (América Latina y Estados Unidos), se procederá a responder con un acercamiento cualitativo dicho fenómeno social.

Crimen, Violencia y Delincuencia en América Latina

Es necesario comenzar aclarando los conceptos de Seguridad Pública y Seguridad Nacional, en vista del contexto actual de los Estados y el mundo (es decir, las preocupaciones en el tema de violencia, delincuencia y criminalidad adquieren características relevantes a nivel nacional, ya que, cada Estado debe encargarse de ello de manera interna, así como también, debe encargarse de los asuntos exteriores que afecten la seguridad y la sensación de inseguridad de su propia nación).

El concepto de Seguridad Pública se refiere a la protección de las personas mismas, de la propiedad, de las instituciones democráticas políticas, y las amenazas internas y externas. El concepto de Seguridad Nacional por otro lado, se refiere a la protección del Estado, de la integridad territorial frente a otro Estado, o frente otro actor transnacional (Bailey y Dammert, 2005:13).

Durante las décadas de los ’70 y ’80 América Latina experimentó una serie de problemas económicos (crisis) y golpes de estado que han marcado y traumatizado a sus sociedades, dejando huellas hasta el día de hoy en las distintas generaciones en relación a la inseguridad.

El fin del modelo económico ISI, - bajo el cual, se regían los países latinoamericanos - debido a los golpes de estado, y los cambios en los modelos económicos hacia el libre mercado, hizo que las sociedades quedaran con serias deudas externas. Todo esto conllevó entonces a una serie de crisis económicas que tuvieron su auge entre las décadas de los ’80 y ’90. Los Estados se vieron en la obligación de recortar varios programas estatales, tales como recortes en los empleos públicos, reducción o eliminación de subsidios, como también, se dejó de promover actividades industriales, etc. Las transiciones democráticas tampoco fueron como se esperaban, por lo que el cumplimiento de las leyes fue precario, perverso, o no existía (Bailey y Dammert, 2005:17). Así se llegó a una respuesta desesperada de la población, incrementándose los niveles de criminalidad y de inseguridad desproporcionalmente con la situación objetiva.

La apertura al mundo, trajo consigo otra situación importante de destacar: las personas tuvieron la oportunidad de ver a través de los distintos medios de comunicación, cómo era la vida en otros países, más desarrollados que los de la región, que recién se abrían hacia la globalización y por lo tanto, pudieron percatarse de la “buena” vida que llevaban los otros, mientras acá la situación era contraria. “Es decir, que los hombres y mujeres que perdieron sus trabajos o sufrieron pérdidas en sus ingresos eran al mismo tiempo bombardeados con anuncios comerciales e imágenes de la buena vida de las sociedades posindustriales” (Oxhorn y Ducatensziler, 1998; Portes y Hoffman, 2003, citado en Bailey y Dammert, 2005). Los medios de comunicación cumplen un rol fundamental entonces al momento de influenciar la percepción de las personas respecto a mayor o menor delincuencia, asesinatos, suicidios, violaciones, asaltos de cualquier tipo y otros temas que alarman a las sociedades a nivel regional, nacional e internacional.

Por otro lado, existe también la influencia que las campañas políticas por ejemplo, pueden ejercer sobre las personas, ya que si los políticos incluyen propuestas de solución a este “gran problema” que es la violencia en las calles, los crímenes, y todo lo relacionado con el área, entonces se estaría, de igual manera, tendiendo a insegurizar más a la población, ya que da un énfasis en el tema, que se tiende a sobreestimar o sobredimensionar por parte de la sociedad civil.

Multicausalidad

El fenómeno social que se analiza es multicausal debido a que no manifiesta solo una razón por la cual se produce, sino todo lo contrario, son una serie de cosas las que pueden provocarlo, y que a su vez, se pueden ir potenciando las unas con las otras.

Para empezar, está la baja credibilidad de la población en las instituciones Estatales, ya que al perderse la confianza hacia éstas, se crea una sensación de “estar sólo” luchando por la causa, ya que las instituciones no son efectivas con mis necesidades como ciudadano agredido. Todo esto reflejado en los bajos niveles de denuncias que existen actualmente (aunque en comparación con años anteriores, se han ido incrementando) (ENUSC - resultados generales 2007). De igual manera se encuentra la situación que tiene efecto “bola de nieve”, que es la de que el miedo provoca más miedo, llegando al punto en que las personas sean capaces de dejar de lado sus libertades y derechos civiles por encontrarse (o sentirse) más a salvo en sus hogares, adquiriendo un rol pasivo en la sociedad, y no activo. También se encuentran asuntos ligados a la territorialidad, desde lo regional (o local), hasta lo internacional. Si la región en general está mal, se tiende a ampliar esta visión hacia todos los rincones. El tema del terrorismo en el sistema nacional y global también es influyente para las generaciones, sobre todo para las futuras que nacieron bajo este tipo de inconvenientes.

Finalmente, como se mencionó con anterioridad, las campañas políticas y los medios de comunicación afectarían la imagen que las personas se crean sobre el mundo en que viven.

El fenómeno provocado por la delincuencia, el crimen y la violencia es de carácter urbano (ocurre principalmente en la ciudad) (Carrion, 1998), expresa los conflictos sociales actuales relacionados con la desigualdad en los procesos de globalización (Borja, 2004), y está de igual modo relacionado con el consumo y tráfico de drogas, ya que muchas veces operan de la mano (Vanderschueren et al, 2004).

En el marco de todo lo analizado, se debe tener en consideración el rol de Carabineros de Chile en particular. Se destaca debido a que han logrado hasta el momento, un gran avance con la sociedad civil en términos de confianza hacia esta institución (menos corrupta, y ahora menos relacionada con el ejército – trauma dictadura militar -), y también debido a su efectividad (no de un 100%, pero bastante bien) (Bailey y Dammert, 2005). No han aplicado políticas como las de “tolerancia cero” (NY, Estados Unidos), sino más bien se han creado reformas que se han llevado a cabo con suficiente éxito. Los resultados demuestran una mejor evaluación de la sociedad hacia esta institución, por lo cual, es la excepción en Latinoamérica.

Delitos contra las personas

En la actualidad podremos encontrar en las bases de datos y en la literatura asociada, la diferenciación y separación entre crimen organizado y maras, delitos contra la propiedad y delitos contra las personas. Para efectos de éste trabajo, se abordara el último en mención.

La violencia entre pares es una de las formas de solución de conflictos en la sociedad latinoamericana actual, “las tasas de lesiones y homicidios demuestran que esta situación afecta a toda la población, pero en especial a los jóvenes de los sectores mas carentes de la sociedad” (Dammert y Zuñiga, 2007:26). De éstos, los más recurrentes son los homicidios, violencia intrafamiliar, lesiones y suicidios.

Los homicidios, son uno de los indicadores más confiables para comparar, ya que, “permite caracterizar la magnitud de la violencia, pues, involucra la mayor utilización posible de esta contra las personas” (Dammert y Zúñiga, 2007:26). Refiriéndose a países, el Salvador, Guatemala, México y Venezuela presentan las tasas más altas de este tipo de violencia, mientras que Chile y Perú son las más bajas. “En Chile, la tasa de denuncias por homicidios se muestra estable entre 2001 y 2005, siendo el único país en que las estadísticas indican casi una nula variación, por el contrario, las lesiones, violaciones y violencia intrafamiliar presentan un alza” (Dammert y Zúñiga, 2007:55).

Por otro lado, la violencia intrafamiliar, ha pasado de ser un problema familiar – espacio privado - a ser un problema social que pasa a ser público, “un diagnostico realizado por el banco mundial se señalo que las violaciones y la violencia domestica son causas significativas de incapacidad y muerte de mujeres en edad reproductiva, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo” (Banco Mundial, 2003 y UNICEF, 2000 citado en Dammert y Zuñiga, 2007:27). En Latinoamérica este tipo de violencia afecta entre el 25% y 50% de las mujeres – en Chile en el 2004 murieron 70 mujeres en manos de parejas - . Cabe agregar también, otra consecuencia de la violencia intrafamiliar, que son los niños que sufren abusos. Ellos son los que presentan problemas de conductas y conflictividad, y son los mismos que a futuro están vulnerables a tener conductas violentas en su edad adulta.

Por su parte las lesiones, son el recurso más recurrente de la violencia en la sociedad, debido a las múltiples problemáticas de la ciudadanía: “la tasa ha crecido de 417 en 2001 a 539 en el 2006, con un total de 88 mil casos reportados en el país” (Dammert y Zúñiga, 2007:29)

Por último se ha agregado a los diferentes tipos de violencia, los suicidios, ya que “evidencian la calidad de la salud mental de la población, así como el incremento del uso de la violencia autoinfligida. De acuerdo al Informe Mundial sobre la Violencia (2003), cerca de 815.000 personas habrían perdido la vida a causa del suicidio, lo cual significa que hay un suicidio cada 40 segundos” (Dammert y Zúñiga, 2007:30).

Otros factores

Agregando a las características antes mencionadas, hay otra serie de factores que hace poner a la delincuencia, criminalidad y violencia como un fenómeno social multicausal, donde estos factores de tipo psicológico, social, económico y otros interactúan.

El Producto Interno Bruto (PIB) de un país, que posea problemas de delincuencia, criminalidad y violencia tiende a tener una relación negativa, donde a mayor crecimiento, menor delincuencia (Universidad de Talca, 2008), y ésta se ve asociada con el ingreso que cada persona reciba, ya que, el aumento del ingreso provocaría una disminución en la tasa de delincuencia (Universidad de Talca, 2008), pues todos tienen los medios para satisfacer sus necesidades. Paralelamente, el desempleo, como factor causal toma relevancia, ya que, al aumentar el desempleo se produciría un incremento en la tasa de delincuencia, pues hay menos posibilidades de encontrar trabajo (Universidad de Talca, 2008), tomando como única opción la acción delictual. Otro factor importante es la educación, ya que una persona con mayor nivel educacional tiene más posibilidades de encontrar trabajo, y bien remunerado, a comparación de los individuos que desertan de los estudios; éste factor se ve asociado con la desigualdad, ya que, a mayor desigualdad en el ingreso de cada individuo, mayor es el nivel de delincuencia (Universidad de Talca, 2008). Este factor está íntimamente relacionado con la pobreza, donde un individuo es más pobre en comparación con la persona más rica (comparación del primer quintil, con el quinto), y menos pobre con la persona que se encuentra en el tercer quintil, por lo que, la pobreza es un factor delicado sobre todo si existe un alto coeficiente GINI de desigualdad como en nuestro país, ya que, aparte de combatir la pobreza, también hay que combatir el alto nivel de desigualdad que hay entre el primer y último quintil de la población, que provoca que el PIB varíe.

Conclusiones

El Fenómeno de la delincuencia, criminalidad y violencia está relacionado con una cantidad de variables que afectan a la población. Principalmente se ve afectada (de manera positiva o negativa) la percepción de seguridad que tiene la ciudadanía, y a su vez, se ven afectadas las políticas públicas aplicadas para lograr una mejora en estos temas, debido a la desconfianza que se siente hacia las instituciones. De misma manera afecta las relaciones interpersonales de los ciudadanos, provocando desconfianza hacia el otro, lo que tiende a efectuar en la población un estado de miedo que no necesariamente es real.

La relevancia de este fenómeno social, parte por el hecho de que atañe a toda la población (de una u otra manera), tomando este problema como una “cuestión nacional”, donde el Estado es el principal actor que delinea una “estrategia nacional de seguridad pública”, al igual que una estrategia de protección a nivel internacional, pero siempre enfocado en el bienestar de su Estado-nación.

Es necesario mencionar, que la situación de nuestro país en relación a cada uno de estos fenómenos ha ido disminuyendo. Es vital combatir con los factores que están influyendo de manera negativa (o que producen un aumento) en estos fenómenos, pero a largo plazo, para que se logren incorporar y consolidar en la sociedad. El Estado tiene que plantearse cumplir metas en determinado periodo de tiempo, para así ir avanzando en temas que son vulnerables en la sociedad, como lo son la rehabilitación (respecto a drogas o conductas antisociales); programas penitenciarios (cárceles); la pobreza y desigualdad económica, y escolaridad entre otros. Pero también hay otro factor y actor imprescindible para poder ir mejorando estas situaciones: la sociedad civil, que tiene que estar comprometida con la democracia – eso significa tomar conciencia de sus deberes y derechos garantizados, y utilizarlos – donde tienen que conocer y hacer valer sus derechos. Esto provocaría una asociación entre ciudadano e institución, donde estarían mutuamente comprometidos para combatir estas anomalías.

Chile, en el trayecto de su historia, ha tenido procesos de violencia en la sociedad y hacia la sociedad (tales como conflictos sociales y régimen militar), lo que ha provocado que la población tienda a solucionar sus conflictos a través de actos violentos o represivos. Es necesario que estos asuntos sean resueltos, con políticas conjuntas con la ciudadanía, de manera que se logre tomar conciencia frente a los hechos que ocurren.

Por último, la delincuencia, criminalidad y violencia como fenómenos sociales, han ido expandiéndose y evolucionando gracias a las nuevas tecnologías y estrategias de crimen organizado. Es por este motivo que el Estado tiene que ser capaz de detectar las bases del problema para enfrentarlos, pero principalmente focalizar y potencializar a la sociedad civil para que trabajen conjuntamente estos temas, ya que, estos problemas parten desde lo privado, saliendo al margen de lo público. Es por ello que los individuos y la sociedad civil misma, tienen que hacerse cargo de sus denuncias y hacer uso efectivo de los medios que se les entrega en democracia para vivir en tranquilidad.

Bibliografía

Bailey, John y Lucia Dammert, 2005 “Seguridad y Reforma Policial en las Américas”.

Barrios urbanos críticos en tema de violencia y delincuencia,

http://www.ongcordillera.cl/descardables/barrios/diagnostico_seg_ciudadana.pdf

Dammert Lucia y Zúñiga Lucia, “Seguridad y violencia: desafíos para la ciudadanía”, FLACSO, 2007

“Delincuencia un fenómeno social, Centro de estudios de opinión ciudadana, Universidad de Talca”